Imagen: Jan Blanicky [pixabay.com/@murderouspass] y My CBS
impuestos | gobierno | reino unido | ventanas | inglaterra
El despojo legal mediante los impuestos
(O el impuesto a las ventanas)
Desde Tallinn
Donde descubrirás la determinación de un gobierno por despojarte. Lee ahora y comienza a diseñar una estrategia legal de defensa que te permita prosperar.
Paga "tus" impuestos o ve a la cárcel
Su capacidad de cobrar impuestos en forma compulsiva es una de las formas más claras en que un estado o gobierno demuestra el poder sobre sus "súbditos".
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Algunos, van hasta el grado de declarar por ley que la falta de cumplimiento en el pago de los impuestos, o el engaño a un funcionario de impuestos es un crimen fiscal, por lo que merece no solamente el castigo monetario sino la cárcel.
Pero cuando debes prestar más atención es cuando un país apela a las más descabelladas ideas para birlar con impuestos a sus ciudadanos, aun matando a la gallina de los huevos de oro. Como dijera Stephen Liddell, parece que la regla es:
«Si algo es popular, o mejor aún, necesario, entonces el gobierno tratará y encontrará un camino para imponerle impuesto».
Se trata pues, de un despojo "legal", y como en tantas otras cosas en la vida, no hay mejor maestra que la historia, para aquel que quiera aprender, poner las barbas en remojo y tomar vías de escape o de mitigación.
Breve historia de los impuestos
Así, si estudiamos la historia de los impuestos, descubrimos que ya desde el Antiguo Egipto, el Faraón impuso un impuesto al aceite para cocinar (que era uno de sus monopolios), acompañado de una prohibición de reusarlo, lo cual se vigilaba con un cuerpo de oficiales del gobierno que obligaban a deshacerse de él.
Por supuesto, el moderno Faraón nos sigue cobrando este impuesto y lo ha aplicado no solamente al aceite que usamos sino ¡a todo lo que compramos! Este impuesto toma diferentes nombres según el país: IGV, IVA, VAT, etc. y el Faraón de nuestros tiempos es el Estado.
Esta historia de los impuestos nos llevará hasta el impuesto al aire (¿o acaso a respirar?) instaurado en julio de 2014 en el principal aeropuerto de Venezuela.
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Por supuesto, en el camino encontraremos el famoso impuesto a la orina humana del emperador romano Vespasiano, el impuesto a la cobardía de Enrique I (el cual duró 300 años) y el impuesto a la lluvia de Maryland, EEUU, instaurado en 2012.
No olvidemos que en el Reino Unido, en 2023 se cumplirán 100 años de un impuesto que actualmente abarca los televisores a color que cada hogar que lo(s) tenga, debe pagar: 145.50 libras esterlinas anuales (hay 25 millones de "licencias" y ni los ciegos se escapan de pagarlas). Para poder demandar el pago, hay una flota de furgonetas detectoras de TVs equipadas con equipo especial para el trabajo.
Tampoco dejemos de lado el impuesto de pago anónimo que desde 2005 el estado de Tennessee, EEUU, reclama a los traficantes de droga en cada sustancia ilegal que vendan.
La historia, pues, nos muestra una y otra vez que un estado en apuros financieros llegará hasta los límites insospechados del absurdo a fin de despojarte de lo que legítimamente te pertenece, con tal de sobrevivir.
Últimos artículos y actualizaciones
El impuesto a las ventanas
Un resumen histórico del impuesto a las ventanas que leerás a continuación, quizás ejemplifique mejor lo dicho. Te mostrará lo encarnizado y determinado que será un gobierno con problemas financieros, si tienes el infortunio de vivir donde no debes.
En 1660, Inglaterra impuso un impuesto al número de chimeneas a leña que había en las casas. A pesar de lo impopular, el impuesto no se abolió sino 29 años después.
El gobierno, desprovisto de una entrada tan apetitosa, y luego de 7 años, reinventó el impuesto en 1696 aplicándolo a toda Gran Bretaña: se llamó el impuesto a las ventanas. Esta vez, el impuesto obligó a la mayoría a tapiar varias ventanas de sus casas con ladrillos con el fin de pagar menos impuestos, lo que a su vez trajo oscuridad a las áreas internas de dichas casas.
El gobierno británico no podía ver reducidos sus ingresos de ninguna forma así que impuso un impuesto a los ladrillos. Los fabricantes empezaron entonces a ofrecer ladrillos más grandes a los dueños de casas, con el fin de que pagaran menos impuesto al ladrillo al tapiar las ventanas.
La respuesta del gobierno fue cambiar el impuesto fijo al ladrillo por un impuesto escalonado que cobraba más por los ladrillos más grandes.
El impuesto a las velas fue acompañado de una ley que impedía que alguien hiciera sus propias velas, a menos que obtuviera una licencia y pagara los impuestos por producirlas.
Los ahora lóbregos espacios internos de las casas necesitaban algo que les diera más vida por lo cual se empezó a usar el papel tapiz impreso con dibujos.
En 1712, fue introducido un impuesto al papel tapiz, el cual condenaba además ¡con la pena de muerte! a quien lo ignorara.
La oscuridad interna ocasionada por las pocas ventanas que quedaban en función, obligó al uso de velas, incluso en pleno día.
Ya no habíendo más ventanas que tapiar, ni ladrillos a usarse para ello, el gobierno había dejado de percibir una buena entrada impositiva. Esa escasez de entradas se solucionó imponiendo un… adivinaste: impuesto a las velas. El mismo, fue acompañado de una ley que impedía que alguien hiciera sus propias velas, a menos que obtuviera una licencia y pagara los impuestos por producirlas.
La menor cantidad de luz natural y ventilación, eventualmente derivaron en un problema de salud pública que obligó a abolir el infame impuesto a las ventanas (ahora ya con otro nombre y gravando otra cosa)… 151 años después de haber sido instaurado.
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¿A perpetuidad?
Y es que la idea es que seas ordeñado día a día, mes a mes, año a año; que proveas una fuente de ingresos segura y estable para el gobierno. La razón y el objeto del impuesto puede que ya no apliquen después de un tiempo, pero igual se te obligará a su pago.
El impuesto a la cobardía, por ejemplo, que demoró 300 años en ser abolido, inicialmente se aplicó a aquellos que no querían acompañar a Enrique I a la guerra. Con el tiempo, se incrementó al triple y hubo de ser pagado por todos los caballeros, ¡incluso cuando no había guerras!
Cuando los funcionarios de Washington quisieron atraer a un equipo en apuros, los Expos de Montreal, a que se instalaran en esa ciudad, se les ocurrió que una buena forma era cautivarlos con un estadio gratuito (financiado por los contribuyentes).
El precio final del estadio de lujo fue de USD 783.9 millones, y como dije, el pago de la nueva estructura sería financiado por los contribuyentes, no importando si estaban o no de acuerdo con la faraónica construcción. Para ello se implementó un impuesto sobre ingresos brutos que sería temporal.
«La democracia cesará de existir cuando le arrebaten a aquellos deseosos de trabajar, para darle a los que no lo están. Obligar a un hombre a que suministre fondos para la propagación de ideas que aborrece y en las cuales desconfía es inmoral y tiránico». 
Thomas Jefferson — Principal autor de la Declaración de Independencia de los EEUU y su tercer Presidente.
El nuevo impuesto tuvo tanto éxito en generar ingresos, que fue una enorme tentación para los funcionarios el dejarlo expirar, y no pudieron resistirla. Para 2010, el alcalde Adrian Fenty y el Concejo usaban esta "nueva" fuente de ingresos para suplantar pérdidas en otras partes del presupuesto.
Buscando alternativas
El despojo "legal" de tus bienes mediante los impuestos es uno de los elementos que debes considerar a la hora de determinar si vives donde no debes. Te recomiendo la lectura de nuestro artículo PT: Plantando banderas, ¿teoría o realidad?
En My CBS, te proveemos de provocativas lecturas y elementos de juicio que te ayudarán a discernir. Los Miembros Premium, también encontrarán caminos viables para obtener segundas residencias y mecanismos de planificación impositiva que pasan por la internacionalización de sus asuntos.
Laura Canelo, Mendoza, Argentina — 2018-12-14
Internacionalización, esa fue la clave del desarrollo para nosotras. Cuando mi socia se inscribió a su servicio, nuestras charlas empezaron a cambiar. Siempre ella traía temas interesantes y provocativos sobre lso que yo estaba en la luna! Luego empezó a imprimir lo que ella recibía para compartirlo conmigo. Cuando ambas estuvimos “sintonizadas” en lo mismo, pedimos citas tanto con Samuel como con Baruch ¡y quién iba a creer que Baruch estaba en Argentina! Recuerdo las dos tardes que conversamos con él y que nos trazó una “hoja de ruta” o mejor dicho, un plan de acción (también recuerdo cómo le gusta el café!).
Ahora estamos viendo los frutos de trabajar “desde algún lugar offshore” y ofrecer nuestros servicios en línea. Pagamos impuestos ciertamente, pero estamos protegidas detrás de una estructura. Creo que esto no lo manejan en Argentina sino los súper-ricos.
Laura Canelo
