Samuel Arenas. Habiendo tenido que vivir en varios países desde su juventud, sus estudios de banca y finanzas le dieron siempre un lugar de trabajo y posteriormente el trasfondo para sus actividades de consultoría y asesoramiento. Su experiencia abarca varias áreas del campo financiero internacional pero su especialidad es la información sobre estructuras comerciales internacionales y banca offshore ayudando a individuos y corporaciones en la obtención de sus objetivos.
Un testigo de los perversos efectos del socialismo encubierto tras el buen “estado paternal”, o del vigilante “hermano mayor” sobre los ciudadanos a quienes dice favorecer, tiene una posición muy crítica al respecto y trata siempre de indicar a sus clientes el camino conservador: «procuro que el cliente siempre pueda ver la importancia de mantener el valor real de sus bienes».
Desde la misma formación de My CBS en el 2002, Samuel trabaja como Director del Departamento Offshore, ha escrito en diversas publicaciones y fórums de la web y colaborado con muchos artículos informativos y de opinión de los cuales éste es uno.
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Inversión en Tierra Agropecuaria Productiva en Paraguay
REPORTE PARAGUAY — PARTE VI
TIEMPO DE LECTURA DE ESTE ARTÍCULO: 5 minutos y 35 segundos
Asunción, 2014 mayo 09
Última actualización: 2020 febrero 21
En el anterior artículo de este Reporte sobre Inversión Extranjera en Paraguay, empezamos una revisión de algunos emprendimientos específicos que se pudieran considerar. Hoy continuamos con esa labor analizando las oportunidades de inversión en tierra agropecuaria productiva en Paraguay.
TIERRA AGROPECUARIA PRODUCTIVA EN PARAGUAY
Mencionábamos al ex-Presidente Cartes promocionando a su país ante los inversores extranjeros. Y en esa promoción, no dejó de mencionar las oportunidades ofrecidas por «… la abundancia de tierras a bajo costo…». Increíblemente, esas tierras de bajo costo paraguayas ya sumaban para el año 2013 5.2 millones de hectáreas dedicadas a la agricultura (con gran potencial para crecer mucho más), siendo 3 millones de ha dedicadas a la soja (para una producción de 9 millones de toneladas. Igualmente, 1 millón de ha se dedicaban a en ese año al maíz, 550,000 al trigo, 175,000 a la mandioca, 120,000 a la caña, 45,000 ha a la producción de algodón y 2,300 hectáreas a la producción de estevia, que produjeron 3,680 toneladas en el año 2014 según estimaciones de la Dirección Nacional de Censos y Estadísticas del Ministerio de Agricultura y Ganadería.
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Pero antes de hablar de todo ello, sin embargo, primero pongamos en contexto las palabras del ex-presidente con respecto a la situación global ahora, en febrero de 2020, en cuanto a población, demanda de alimentos y disponibilidad de tierras agrarias productivas, ya que en base al análisis de estos elementos es que podremos tener una visión más amplia de las perspectivas de inversión que tenemos delante.
La población humana ha seguido creciendo pese a la política de algunos estados por detenerla: ya estamos a un paso de llegar a los 8,000 millones de personas. Por otro lado, las políticas de apertura comercial y financiera que se vienen dando en muchos países han conseguido disminuir los niveles de pobreza en buena parte de ellos, lo que a su vez genera un aumento en la creciente cantidad de personas que ingresa a la clase media. A finales del 2018, la clase media ya llegaba al 50 % de la población mundial.
Las demandas de esta población no se circunscriben, sin embargo, a nuevos y mejores hogares, mejores vehículos y seguros de enfermedad más completos. Un área importante de las nuevas necesidades de esta clase social, es la alimentación. Los estudios demuestran el aumento continuo en el consumo global de carnes, el cual ya llegó a los 50 kg por persona como promedio. A eso se suma una mayor exigencia en la variedad de alimentos a que se aspira y una creciente preocupación por una alimentación sana: mejores alimentos, más densamente nutritivos, de procedencia orgánica, etc.
Por supuesto, el mercado ha respondido: la última edición de el mundo de la agricultura orgánica(2019) de FIBL & IFOAM — ORGANICS INTERNATIONAL, indica que, para finales del 2017, 70 millones de hectáreas, manejadas por 2.9 millones de productores, fueron dedicadas a la producción de alimentos orgánicos, con algunos rubros creciendo hasta un 15% con respecto al año anterior.
Pero, como se supone, estas exigencias y otras nuevas como la producción de combustibles a partir de maíz y otras cosechas, no han hecho sino aumentar la demanda de productos agrícolas. Para el 2011, 20 millones de acres de tierra se destinaban solamente a la exportación de soja a China, mientras que otros 20 millones lo eran a la producción de etanol, y estos números, ¡eran el doble de lo que habían sido 5 años atrás! Solo Estados Unidos siembra actualmente 96 millones de acres de maíz.
De otro lado, factores como los altos precios del maíz, trigo y otros productos agrícolas, los bajos intereses, los inversores en busca de mejores retornos que los ofrecidos por la bolsa o los depósitos bancarios a largo plazo, las predicciones de mayores demandas de alimentos debido a desastres climatológicos en varias partes del mundo, etc., han hecho que los precios de la tierra arable de buena calidad se hayan disparado.
Todo lo anterior provoca una tendencia: cada vez son más las grandes fortunas globales que invierten en tierras agrícolas, al considerar lo estratégica que será dicha inversión de cara a las necesidades de una población que crece en forma exponencial. De hecho, se ha empezado a hablar de una 4ta revolución industrial aplicada a la agricultura, con la introducción de las así llamadas “ocho tecnologías esenciales”.
Pero no son únicamente las grandes compañías las que invierten: tan solo en el 2018, las agro startups levantaron dinero por valor de USD 16,900 millones, casi un 50 % más que el año anterior.
Para la mayoría de los que quieren entrar en ésta área, el problema es, sin embargo, que están llegando ya un poco tarde. Y no se trata de acceso al capital, que es abundante en estos momentos, sino a tierras agropecuarias productivas.
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¿DÓNDE HAY OPORTUNIDADES DE INVERSIÓN EN TIERRA AGROPECUARIA PRODUCTIVA?
El valor actual de una ha de tierra Premium en ciertas partes del mundo puede llegar a causar un infarto en algunos interesados, aunado al hecho de que, para muchos, el número mágico para un desarrollo agrícola interesante es el de las 500 ha.
Los precios de la tierra agropecuaria productiva en el Reino Unido han subido casi un 300 % desde el 2005, mientras que la oferta se viene reduciendo en un 10 % anual desde el 2011 (de hecho, la FAO dice que —mundialmente— la tierra cultivable per cápita ha declinado 43 % en las últimas décadas). La ha en el sudeste inglés está alrededor de los USD 40,000. En los EEUU, comprar tierra en el “Cinturón Maicero” (de Ohio a Iowa) es gastar USD 25,000 o más por ha, con precios subiendo al 11 % anual en Kansas y ¡24 % en Iowa! Una ha de la mejor tierra en los valles de Ica en Perú, puede costar USD 60,000… ¿y qué es una hectárea solamente?
Como se ve, “la buena tierra” ya ha sido acaparada y no queda nada para los que están llegando tarde a la fiesta… ¿o sí?
SÍ, todavía hay oportunidades de conseguir buena tierra agropecuaria a buenos precios en países como Birmania (Myanmar), Bolivia y… Paraguay.
Paraguay ofrece tanto tierras de cultivo como de pastoreo y, de hecho —comparado con otras partes del mundo— ostenta precios imbatibles. Desde tierras en el seco Chaco, del cual ya hablamos, que se pueden obtener a USD 400 la ha (comprando extensiones grandes), hasta las fértiles zonas orientales donde se pueden comprar pequeñas fincas completamente plantadas y en plena producción a USD 4,800 la ha, muchas veces incluyendo espaciosas casas para vivienda. Entre los dos extremos por supuesto, existe oferta intermedia muy interesante y he visto algunas opciones entre USD 1,000 y USD 1,500 que pudieran valer la pena.
No estamos solos en la apreciación: de acuerdo a un reporte de finales de 2018, la segunda opción en cuanto a la relación precio/calidad está representada por las oportunidades de inversión en tierra agropecuaria productiva en Paraguay al compararla con las opciones en otros países sudamericanos.
Así que tiene delante suyo una oportunidad de inversión especulativa en tierra, que no dejará de apreciarse en el futuro, y al mismo tiempo, una inversión productiva mediante las cosechas que saldrán para el mercado. ¿Mas, qué se podría producir? Eso lo estaremos viendo en nuestros siguientes artículos dedicados a la producción de estevia y sus elementos edulcorantes, así como a la producción cárnica.
^Según el VOX, de Larousse (diccionarios.com/detalle.php?palabra=estevia&dicc_100=on), la palabra correcta en español es "estevia" y no "stevia". Al 2020-02-11, el diccionario de la RAE aún no sabe nada de este dulzor.
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