En el primer artículo de esta serie dedicada a las transferencias internacionales, veíamos la forma de hacerlas. En este veremos algunos de los términos usados y su definición. Es importante que lea dicho artículo anterior para entender este. De verdad se lo recomendamos como paso previo al presente artículo.
Ahora, ¿cuál es el camino que sigue una transferencia desde que es ordenada en un banco local hasta que llega a su destino en otro país? Pongamos un ejemplo para entenderlo mejor: la Sra. María, que vive en el País A, quiere enviarle €1,000 al Sr. Juan que reside en el País B. Para hacer la transferencia, la Sra. María inicia la misma desde la interfaz en línea de su BANCO LA ROCA en el País A y así enviar el dinero al BANCO OROPEL de País B que es donde el Sr. Juan tiene su cuenta.
En primer lugar, debemos comprender la dificultad que representa mover fondos internacionalmente: solo en los EEUU hay alrededor de 9,500 bancos. Alrededor del mundo, pasan de 20,000, pero el número de bancos no es el problema; lo es, la falta de un sistema de interconectar a todos: para que una transferencia entre bancos de diferentes países sea fluida, haría falta que todos ellos estén relacionados bajo alguna gran cámara de compensación mundial que pueda debitar de un banco y pagar o acreditar a otro como sucede con la Cámara de Compensación local de cada país. Tal cámara no existe.
¿Cómo entonces BANCO LA ROCA le puede hacer llegar el dinero a BANCO OROPEL e indicarle que el mismo es para abonar a la cuenta del Sr. Juan? Primero, habrá que llenar algunos formularios.
Efectivamente, para hacer una transferencia internacional de fondos hacen falta algunos datos, los cuales hay que proporcionar al banco que inicia la operación mediante un formulario pre-establecido, ya sea físico o en línea. Dichos datos, los que normalmente se necesita aportar para iniciar una transferencia bancaria internacional, son: